Crónicas castrenses (I)
Fidel Castro supo desde
joven que su fátum lo encaminaba a la
apostasía, que el pueblo de Cuba era apenas un instrumento masivo necesario
para llegar hasta el zócalo en el que siempre se concibió. Solo que, para no pensarlo
tan vil, quiero creer que la frase “el fin justifica los medios” fue el asidero
que encontró para ejecutar – en el extenso sentido de la palabra – “su obra”,
porque se imaginaba a sí mismo como un redentor, y no como el traidor que
terminó siendo. Lo que sigue es la transcripción de un fragmento de la
entrevista que Fidel Castro concedió a los periodistas Stuart Novins, Richard
Bate (C.B.S) y William L. Ryan (Associated
Press) el 11 de enero de 1959, en La Habana, semana y media después del “triunfo”
del 1ro de enero. Parecía que “La historia me absolverá”, el “Manifiesto de
la Sierra” y la Constitución de 1940 finalmente
trocarían palabras por cuerpo. Pero sabemos que no fue así. De cualquier
manera, el pez muere por la boca.
Richard Bate. (Reportero
de C.B.S) – “¿Ha dicho usted que habrá elecciones libres en Cuba de aquí a unos
18 meses?”
Fidel Castro. – “Sí”
Bate. – “Cuando llegue
ese momento, ¿todos los partidos políticos podrán presentar candidatos a esas
elecciones?”
Fidel Castro. – “Sí,
desde luego”
Bate. – ¿Todos los
partidos políticos, incluido el Directorio?”
Fidel Castro. – “Naturalmente!
Si no diéramos a todos los partidos políticos la libertad de organizarse no
estaríamos en un país democrático. Hemos combatido para dar la democracia y la
libertad a nuestro pueblo…”
William L. Ryan. –
“¿Qué garantías hay de que se celebrarán verdaderamente elecciones libres dentro
de 18 meses?”
Fidel Castro. – “Pues
bien, la opinión pública, para empezar. Nuestra palabra, en segundo lugar. En
tercero, nuestras intenciones, cuya rectitud ha sido bien probada. Cuarto,
porque somos gente desinteresada. Y quinto, porque está claro que no tenemos
nada que ganar de no proceder a unas elecciones. Desde el momento que tenemos
el pueblo…”
Sintomático el
hecho de que “nuestra palabra” no sea la que rompa el estambre, llega de
segundona en la carrera por el poder. Sin dudas un aviso tempranero de que, de
ahí en lo adelante, no había que darle mucho crédito a “nuestra palabra”.
P.D: El
Directorio era un movimiento revolucionario paralelo al Movimiento 26 de Julio,
no subordinado a aquel e incluso rivales hasta cierto punto. Fue un producto de
la escisión que tuvo lugar en las fuerzas todavía revolucionarias después del
fallido golpe del 13 de marzo de 1957. Faure Chomón, su líder, terminó rindiendo
aperos ante Fidel Castro al aceptar el
cargo de embajador cubano en Moscú en el mismo 1959.
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