viernes, 3 de octubre de 2014

A la memoria de Guanchi.

A la memoria de Guanchi.
        
    Como no queda más remedio que morirse, ojalá que al menos "a lo Guanchi" me llegue la hora: con un leñazo de la mente y dale, hasta siempre. Y por pedir que no falte. Así es que ojalá sea además tres días después de robarme el show en patio ajeno. Y con detalles de lujo: sentado - acaso inconscientemente - a la cabeza en un banquete, como despidiéndome sin saberlo. Ingenuo aún a los sesenta y pico, y noble. Con los bríos de esa oruga que, sabe, terminará siempre flotando. En fin, "a lo Guanchi", coño.