miércoles, 5 de diciembre de 2012

Crónicas castrenses (I)


 
Crónicas castrenses (I)

      Fidel Castro supo desde joven que su fátum lo encaminaba a la apostasía, que el pueblo de Cuba era apenas un instrumento masivo necesario para llegar hasta el zócalo en el que siempre se concibió. Solo que, para no pensarlo tan vil, quiero creer que la frase “el fin justifica los medios” fue el asidero que encontró para ejecutar – en el extenso sentido de la palabra – “su obra”, porque se imaginaba a sí mismo como un redentor, y no como el traidor que terminó siendo. Lo que sigue es la transcripción de un fragmento de la entrevista que Fidel Castro concedió a los periodistas Stuart Novins, Richard Bate (C.B.S) y William L. Ryan (Associated Press) el 11 de enero de 1959, en La Habana, semana y media después del “triunfo” del 1ro de enero. Parecía que “La historia me absolverá”, el “Manifiesto de la Sierra”  y la Constitución de 1940 finalmente trocarían palabras por cuerpo. Pero sabemos que no fue así. De cualquier manera, el pez muere por la boca.

Richard Bate. (Reportero de C.B.S) – “¿Ha dicho usted que habrá elecciones libres en Cuba de aquí a unos 18 meses?”

Fidel Castro. – “Sí”

Bate. – “Cuando llegue ese momento, ¿todos los partidos políticos podrán presentar candidatos a esas elecciones?”

Fidel Castro. – “Sí, desde luego”

Bate. – ¿Todos los partidos políticos, incluido el Directorio?”

Fidel Castro. – “Naturalmente! Si no diéramos a todos los partidos políticos la libertad de organizarse no estaríamos en un país democrático. Hemos combatido para dar la democracia y la libertad a nuestro pueblo…”

William L. Ryan. – “¿Qué garantías hay de que se celebrarán verdaderamente elecciones libres dentro de 18 meses?”

Fidel Castro. – “Pues bien, la opinión pública, para empezar. Nuestra palabra, en segundo lugar. En tercero, nuestras intenciones, cuya rectitud ha sido bien probada. Cuarto, porque somos gente desinteresada. Y quinto, porque está claro que no tenemos nada que ganar de no proceder a unas elecciones. Desde el momento que tenemos el pueblo…”

 

Sintomático el hecho de que “nuestra palabra” no sea la que rompa el estambre, llega de segundona en la carrera por el poder. Sin dudas un aviso tempranero de que, de ahí en lo adelante, no había que darle mucho crédito a “nuestra palabra”.

P.D: El Directorio era un movimiento revolucionario paralelo al Movimiento 26 de Julio, no subordinado a aquel e incluso rivales hasta cierto punto. Fue un producto de la escisión que tuvo lugar en las fuerzas todavía revolucionarias después del fallido golpe del 13 de marzo de 1957. Faure Chomón, su líder, terminó rindiendo aperos  ante Fidel Castro al aceptar el cargo de embajador cubano en Moscú en el mismo 1959.