Rostro de todos.
Se diluye tu rostro en la muchedumbre que
alimentas. A cada paso ajeno se levanta tu pie, y aunque no siempre a tu pisada
me adelanto / para que tu impasible pie desprecie / todo el amor que hacia tu
pie levanto, he sido también aquel paso ajeno que en tu pie se levanta
aunque tu pie desprecie. Un remiendo de siluetas es la sombra que acompaña tu
cuerpo, pero no alcanza un duplicado inorgánico para asir los abrazos donde falto. Se pondrá el tiempo amarillo sobre mi
fotografía, que tuya será, e irás partiendo un día tras otro, de época en estación,
con el amor disuelto en cada beso que darás.