lunes, 9 de marzo de 2009

2da Muestra de Arte Erótico. San José.Costa Rica.

El pasado 26 de febrero, en San José de Costa Rica, Galería Medrano abrió las puertas de su 2da Muestra de Arte Erótico. La intención era clara: constatar y disfrutar desde la obra plástica el mosaico creativo que en torno al erotismo generaron 27 almas, algunas de artistas, radicadas en suelo tico. La intención era clara, loable. El resultado: un montón de cuadros decorando o decolorando paredes, según el caso. Lo mismo que en cualquier otra manifestación artística – aún cuando el objeto final no sea establecer vencedores ni vencidos – si se quiere convocar a un evento donde prevalezca el rigor sobre la nomenclatura, el filtro y la ley del embudo no pueden faltar en el libreto. Si descontamos 5 o 6 dignas singularidades (Mariano Prado, Manyu Fung, Virgilio Jordi, Juan C.Portilla, Greivin Ureña, Alejandro Herrera, Carlos Salazar..) Galería Medrano no ofreció mucho más que poder de convocatoria, y mucho público en el día inaugural de la Muestra, algo que no deja de ser meritorio. Pero no es bueno privilegiar record de convocatoria y tumulto snob en detrimento de la genuina sensibilidad y espiritualidad humanas, pues no es la exuberancia de gentilicios ni patronímicos no que nos lleva al estremecimiento.

El realismo sensual – sin llegar a hiper – de los cuerpos femeninos de Manyu Fung, encuadernados en ambientes ocres, nos demuestran que cuando el arte prevalece, la fiesta cromática es lo de menos.

Más allá del disfrute ante la sobriedad del trazo y la elegancia con que degenera y reanima los tonos, la estilizada figura equina de la obra presentada por Virgilio Jordi nos enseña que el erotismo y la sexualidad humanas también están presente en las sugerencias que nos transmiten cuerpos no precisamente humanos.

Mariano Prado y su entorno surreal , sin parecer repetitivo, nos hace pensar en Salvador Dalí.

Greivin Ureña deconstruye bien la tradicional imagen del erotismo femenino con cuerpos amorfos, avejentados o de rictus homo que rozan en lo grotesco con peculiar originalidad.

Alejandro Herrera nos lleva hasta la sonrisa con el ambiente lúdico, el desparpajo y la desnudez de sus ranas metamorfoseadas. De aquí en lo adelante, excepto 2 o 3 nombres más; simple suceso, abultamiento del Catálogo de exposiciones de Galería Medrano, esbozo colectivo del cuerpo humano desde la perspectiva de estudiantes de Colegio y Bachillerato.

No son pocas las precauciones a tomar en el intento de llevar el erotismo al arte, por tanto, no está de más recordar que la pornografía nada tiene que ver con el asunto, pero aún así, muchas veces por desconocimiento, inmadurez, falta de sensibilidad, o necesidad de “tapar un hueco” a costa de lo que sea, se abren las puertas y ofrecen espacios a imágenes que mejor ambientarían las tapias y cornisas de un burdel barato. Galería Medrano también debería tomar en cuenta esta sugerencia.

La 2da Muestra de Arte Erótico adoleció de alternativas enriquecedoras. Desconozco si la convocatoria era solo para pintores, pero la escultura, la instalación y el Performance son “géneros” creativos que se incluyen dentro de las artes plásticas, y que tradicionalmente mucho aportan a este tipo de acontecimiento.

Esperemos tiempos mejores para la 3ra Muestra de Arte Erótico de Galería Medrano. Esperemos que en su tercer intento desherede el mimetismo generalizado y se convierta en un punto de ruptura, en un Movimiento que revierta la inercia gremial e indique la auténtica ruta a seguir y un sitio donde puedan congregarse cada año con mejor presencia las propuestas, para anunciar al quórum que aquí están los cultores locales de la plástica, no importa cual sea su procedencia, nutriendo con su color de región la acuarela global, integrados a la única evidencia humana que al trascender nos dignifica, la única que seguirá por siempre intimidando al Tiempo: la del Arte verdadero.