viernes, 24 de julio de 2009




Futuro

Cada surco en la piel será una ruta de acceso, un camino sin regreso y de retorno a las riberas del ocaso. Cada hueco heredero de un antiguo diente será un nuevo jalón hacia la nada. La mirada ya sin luz será el espejo del iris. La savia seca, cuarteada, de los labios, se tragará la carne a grietas. Como maligno hueco negro sideral en epidermis propia, succionaré mi vida, impotente, sin desearlo; y cual remiendos oscilarán al viento las hebras desteñidas de mi pelo y de mi pensamiento. Cada mancha en la tez, cada nuevo síntoma de colgajos ocupando el espacio de lo que antes fuera la tersura del cuello, de los brazos, y de mi cuerpo todo, será una huella sólida de la cercana evidencia del hasta siempre y la repatriación al polvo. Laxitud será lo que antes fue virilidad, el abandono ocupará el espacio de antiguas compañías. Un olor a objeto antiguo envolverá mi atuendo, se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía(1) y entonces ya estaré listo para comenzar el viaje a la utopía.

(1) Miguel Hernandez