Querella.
(…) si
ayer perdoné a los verdugos que indiscriminadamente me lanzaron con 23 años a
los campos de concentración y a 48,000 compañeros más de desgracia, perdoné, te
repito, porque no quiero que esta revolución sea como las otras que han
devorado a sus hijos. (Pablo Milanés a Silvio Rodríguez)
Pudieran parecer valientes las palabras de
Pablo Milanés, y quizá hasta lo sean. Solo que es una valentía con un matiz
pantagruélico porque la revuelta cubana de las últimas cinco décadas y pico
está jugando ya en extrainnings y todavía Pablo Milanés no se ha dado cuenta de
que esa revolución se ha tragado 4 o 5 generaciones de sus propios hijos. Pero
además, no es un clarísimo, primario ejemplo de Saturno devorando a su hijo, su
referencia en primera persona a los campos de concentración que fueron las UMAP.