jueves, 3 de septiembre de 2009



Mañana es mi Día D.

Hace 2 años, 10 meses y 4 días que salí de Cuba. En ese lapso he desandado con estas piernas y con mis sueños al hombro, la geografía de 8 países de esta América nuestra, incluyendo 2 islas. En desorden cronológico: Guayana, Curazao, Trinidad Tobago, Surinam, Brasil, Venezuela, Panamá y Costa Rica. Y créanme que tengo historias para contar y para llevar. Sin dramatismo: la travesía fue tan dura que algunas veces morirme no parecía mala opción. Pero aquí estoy. Lo que no te debilita te fortalece no es una frase que pueda aplicarme literalmente porque ocasiones hubo en las que debí fortalecerme sin saber como lo hacia, totalmente abatido y sin aliento siquiera para pensar en el siguiente día. Digno ejemplar de mi especie, tuve montones de períodos de flaqueza, per eso sí, siempre creí en la validez de aquel salto al vacio que di el 30 de octubre de 2006. Solo yo sé las que pasé y como las pasé ¡! Casi 3 años de dura escuela de la vida. No es lo mismo alimentar una imagen de boca para afuera que verse dentro del rollo. Ahora pienso que nadie sabe ciertamente quién es, cuales serian sus reacciones, cuales son sus más arraigados valores y hasta donde sería capaz de soportar con integridad la presión de un entorno peligroso y hostil hasta límites de extremo, mientras no haya pasado por situación semejante. Aunque suene poco humilde, creo conocerme mejor que hace 3 años atrás, y me reconforta saberme aquí, íntegro, indomable después de tan duras pruebas. Sé que otros también se la han visto fea y aún así, han sido capaces de superar los inconvenientes de turno con toda la hombría que ameritaba el momento. Para no ir muy lejos, en mi propia familia tuve mis paradigmas: mi primo Gilbe, en Miami desde hace unos 20 años, y viviendo una vida merecidamente tranquila, es un patrón cercano. Otros: mi tío Virgilio y su hermana Marlén. En mi caso, dejo el probable mérito, no solo por la calificación en estos duros exámenes de vida, sino además por haberme ayudado a moldear esas quimeras aún recurrentes, en manos de un par de viejos que desde siempre alimentaron con devoción infinita este cuerpo y espíritu: mis queridos padres. Voy de regreso al refranero popular; madre hay una sola, y tenia que tocarme a mí, a lo que agrego (de mi autoría): y padre también hay uno solo, y me lo gané yo ¡! Coño, hace casi 3 años que no veo a mis viejos del alma, pero parece que tanto sacrificio, tanto riesgo y tanto dolor, tendrán, por fin, su mejor recompensa: mañana 4 de Setiembre desembarcan mis padres en el Aeropuerto de Alajuela, aquí, en Costa Rica. Mañana es mi Día D ¡! Un sueño menos en el jolongo.