Tomografía de una foto
de familia.
Retomemos la impronta de
José Saramago, su inmejorable descripción del grabado de Durero – La Crucifixión
– que abre el pórtico de la gloria a su novela El evangelio según Jesucristo. De vez en cuando aparece algún que
otro espécimen visual que nos anima a hacerlo, y hoy motivos no faltan para
atrevernos a tanto porque esta foto, ¡oye!, ¡da para hablar! Basta con reparar en
la atmósfera enrarecida, grisácea, contradictoria que escapa de los rostros que
la desaniman. Basta con la tembladera, la inconsistencia mental que se refleja hasta
en la sinuosa miseria del techo de lo que, deduzco, será un cuartel militar. Y
ya que estamos en esto, desenterremos en los tejidos y los cortes textiles de
esta family modelo del cuarto mundo,
la nostalgia por la muerte de la moda de los años setenta. El artefacto vestido
de uniforme, a la derecha en la foto, es un travesti consuetudinario, una loca
de carroza, una mata de marihuana envuelta en tela, una marimba vertical, una
nube, una malformación congénita, cualquier cosa menos el hombre de Neanderthal
que aparenta ser. Las dos mujeres al centro, en escalón inferior, revelan tres
cosas al mismo tiempo: pocas ganas de vivir, pavor y como consecuencia de ello unos deseos de cagar que ya se vuelven irreprimibles. La peste a mierda las delata.
Las mujeres que aparecen en escalón superior, escoltando al soberano, son las
únicas female bisexuales reconocidas
por el gobierno de Korea del Norte, reconocidas en foto, quiero decir. Aquello
que se ve pegado a la oreja izquierda del Máximo Líder es una maraca con motivo
asiático en el dibujo de su notablemente convexa superficie. Cualquiera de los
cuatro futuros infelices que sostiene “la familia” en brazos pudo haber hecho
el dibujo en la maraca, diablura que ninguno se atreverá a revelar porque
ya vieron caer abatido por una descarga de fusilería a un quinto niño que se
atrevió a orinarse en los pantalones. El pequeñín de rostro anónimo sostiene la
maraca con su bracito izquierdo. El corte de cabello de Kim Jong Un – Máximo
Líder, no olvidemos el etéreo detalle – es norteamericano, el sobretodo es un Chesterfield
londinense, su dentadura es postiza, su verdad también.