domingo, 23 de agosto de 2009



Declaración de amor imposible

Voy a cambiar el curso de las mareas y sembraré raíles donde antes solo distancias hubo para mostrarte el milagro de la creación desde otros ojos, con una perspectiva surreal, de movimiento ecuestre, de mirada en lontananza y desorden lunar. Haré que choquen planetas para ilustrar con el golpe de la onda expansiva sobre cada molécula de tu cuerpo, la violencia del impacto que provocas en mí. Incluiré tu nombre en las listas de viaje de todas las terminales de autobuses y en las listas de vuelo de todos los aeropuertos, para sentir que partes y regresas siempre, eternamente, desde los cuatro puntos cardinales. Caminaré sobre las aguas, levitaré, seré la anomalía resultante de la interacción con los cuatro elementos. Diré te quiero por intuición en cada idioma y dialecto conocido, en cada signo gestual. Te ofreceré la madrugada enhiesta, mi tristeza habitual y creadora. Anularé nuestro tiempo en los almanaques de turno y grabaré sobre la órbita de tus caderas todos los astros del firmamento para ofrecerte la eternidad y el Universo entero petrificado en el cuenco de mis manos, cuando tu vida arranque vida de la mía, cuando aparezcas.