Recalentamiento en la vetusta máquina del tiempo.
El pasado domingo 4 de mayo,el diario La Nación,en su sección “El Mundo”,segmento que aborda información global desde la perspectiva de agencias internacionales de prensa,encabezó (página 21 A) una columna informativa de la Agencia Francesa de Prensa(AFP)con un cintillo que parecía literalmente extraido de algún diario germano de aquellos que circularon durante los grotescos 20 años que transcurrieron entre la segunda mitad de la década del veinte y la primera mitad de los años cuarenta del siglo XX. “Una región de blancos que cultiva las diferencias”,rezaba el ladrido de marras,enfocado al análisis de aspectos demográfico-económicos de la región boliviana de Santa Cruz.
Pasó el tiempo,se enquistó la ofensa,y no llegó jamás la necesaria réplica.Los paseantes del gremio,casi a diario ejercen ese derecho hasta la contra y recontra,como gallardos gladiadores que se encaran en contienda brutal por restaurar,ante el ojo público, su lastimado ego.Mas poco importa lo esencial,el substrato,la postura que ante casos como este,empobrece o dignifica la razón y la raza humanas.
Si AFP encabezó o no su historia con dichos términos,tampoco importa mucho,pues no se pintan paredes en un diario con editores,correctores y hasta censores.O no se debe.Y en realidad lo que inquieta no es la gravedad del asunto, plumazo aislado y de dudosa fertilidad en una zona étnico –geográfica ciertamente no caucásica.Lo que lacera y molesta es la desfachatez,la impunidad con que se promueve no solo el encabezamiento,sino la tendenciosa información de la columna.A estas alturas de evolución económica y social,está archidemostrado que no es la riqueza del subsuelo,y mucho menos el sesgo racial,lo que determina la prosperidad o el estancamiento de los pueblos,sino el calvario histórico,generacional y psicológico a que han sido sometidos tantos grupos humanos,humillados y aplastados hasta los huesos por otros grupos humanos.Lo que marcó ¿definitivamente? el desequilibrado entorno global actual,fue la insolencia,el egoísmo y la inercia ancestral de nuestra especie,remanentes fósiles que se esgrimen en esa “región de blancos”como virtudes insólitas,como el abono que fortalece “sus diferencias”.
A este paso,y con la pauta de AFP,acomodada con esmero en la sección “El Mundo” de La Nación, poco falta para llegar,¿o regresar?,a los predios victoriosos de una región de galos,teutónes,nórdicos o anglo-sajones que cultivan “sus diferencias” a despecho y de espaldas a una región de malayos,chinos,centroamericanos,indues o negros sudafricanos que también hacen lo suyo y marcan pauta sin ínfulas de color ni tanta gritería sorda.
El pasado domingo 4 de mayo,el diario La Nación,en su sección “El Mundo”,segmento que aborda información global desde la perspectiva de agencias internacionales de prensa,encabezó (página 21 A) una columna informativa de la Agencia Francesa de Prensa(AFP)con un cintillo que parecía literalmente extraido de algún diario germano de aquellos que circularon durante los grotescos 20 años que transcurrieron entre la segunda mitad de la década del veinte y la primera mitad de los años cuarenta del siglo XX. “Una región de blancos que cultiva las diferencias”,rezaba el ladrido de marras,enfocado al análisis de aspectos demográfico-económicos de la región boliviana de Santa Cruz.
Pasó el tiempo,se enquistó la ofensa,y no llegó jamás la necesaria réplica.Los paseantes del gremio,casi a diario ejercen ese derecho hasta la contra y recontra,como gallardos gladiadores que se encaran en contienda brutal por restaurar,ante el ojo público, su lastimado ego.Mas poco importa lo esencial,el substrato,la postura que ante casos como este,empobrece o dignifica la razón y la raza humanas.
Si AFP encabezó o no su historia con dichos términos,tampoco importa mucho,pues no se pintan paredes en un diario con editores,correctores y hasta censores.O no se debe.Y en realidad lo que inquieta no es la gravedad del asunto, plumazo aislado y de dudosa fertilidad en una zona étnico –geográfica ciertamente no caucásica.Lo que lacera y molesta es la desfachatez,la impunidad con que se promueve no solo el encabezamiento,sino la tendenciosa información de la columna.A estas alturas de evolución económica y social,está archidemostrado que no es la riqueza del subsuelo,y mucho menos el sesgo racial,lo que determina la prosperidad o el estancamiento de los pueblos,sino el calvario histórico,generacional y psicológico a que han sido sometidos tantos grupos humanos,humillados y aplastados hasta los huesos por otros grupos humanos.Lo que marcó ¿definitivamente? el desequilibrado entorno global actual,fue la insolencia,el egoísmo y la inercia ancestral de nuestra especie,remanentes fósiles que se esgrimen en esa “región de blancos”como virtudes insólitas,como el abono que fortalece “sus diferencias”.
A este paso,y con la pauta de AFP,acomodada con esmero en la sección “El Mundo” de La Nación, poco falta para llegar,¿o regresar?,a los predios victoriosos de una región de galos,teutónes,nórdicos o anglo-sajones que cultivan “sus diferencias” a despecho y de espaldas a una región de malayos,chinos,centroamericanos,indues o negros sudafricanos que también hacen lo suyo y marcan pauta sin ínfulas de color ni tanta gritería sorda.