viernes, 20 de marzo de 2009


Restablecimiento de Relaciones Diplomáticas Costa Rica – Cuba.

El Presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, Premio Nobel de la Paz 1987, notificó hace 2 días, comunicado mediante, que su Gobierno restablecerá relaciones diplomáticas con Cuba, deshechas hace casi 50 años, en 1961. La noticia es insólita. La peripecia, de paseo por la cuerda floja sin vara de equilibrio ni cama elástica debajo, y además, detestable. Ya en el año 2007, en jugada política más cercana a valores que se mueven en la mesa de un Casino que a valores democráticos, Costa Rica establecía relaciones diplomáticas con China, y simultáneamente las rompía con Taiwán, ¡después de 63 años de relaciones con el arrecife! China no solo asienta el zapato sobre el cajón, sino que obliga a escupir la mejilla de su isleño rival a quien se diga dispuesto a lustrar el calzado. Costa Rica, sin complejo ni entelequia cogió el trapo y empezó a darle brillo a la alpargata del gigante asiático ¡Que Taiwán podrá ser muy generoso, pero los millones de billetes ecológicos – por el color, jamás por la intención – que mueve China no los brinca un chivo de monte ni asustado! Pensando a lo Maquiavelo podríamos justificar la movida con el argumento de que son pocos los fertilizantes que hacen crecer los frutos económicos con apego a la ética y la entereza. Y Costa Rica, pensando sin rubores y a lo grande y pensando que de todas maneras China está tan lejos de nuestra cultura y raíces como puede estarlo un pollo de granja, se adelantó en la caligrafía. Pero señoras y señores, restablecer relaciones diplomáticas con Cuba significa reconocer, legitimar con sello y folio como forma de Gobierno lo que no admite crédito alguno: una Dictadura con todas las letras de la palabra en el mismísimo corazón de América. “Hoy, que el mundo es diametralmente distinto a lo que era en aquellos días, debemos ser capaces de ajustarnos a las nuevas realidades. Por ello, procederé a firmar el Decreto Ejecutivo mediante el cual restableceremos las relaciones diplomáticas con la República de Cuba”, ha dicho Oscar Arias sin pestañear, para agregar al término del primer insulto: “Éste es un paso (...) que otorga coherencia a nuestra política exterior”. ¿?. ¿Coherencia dijo? El 27 de Diciembre de 2006 Oscar Arias decía ante los ojos y oídos de los seis mil millones de feligreses que por ese entonces ya rondaban por este barrio global: “La Dictadura castrista ha sido tan sanguinaria y cruel como la pinochetista; ambos regímenes asesinaron gente inocente pues ese es el carácter de toda Dictadura: destruir al adversario”. ¿Coherencia...dijo?

Las gestiones de gobierno de Oscar Arias, tanto en política interna como exterior, han sido por norma bien pensadas, mesuradas, inteligentes. El desafuero taiwanes, a no dudarlo, fue un movimiento rigurosa y taimadamente calibrado, pero este paso y sus declaraciones recientes y pasadas sobre el tema Cuba no le dejan muy bien parado. Entiendo que justamente por ser este Planeta políticamente muy distinto a lo que era hace casi 50 años, no hay que ofrecer señal alguna de acercamiento a un Régimen que no ha quedado enquistado en el tiempo porque demostró con creces cuanto se puede involucionar, y no solo políticamente, en un lapso de media centuria. Casi hasta el paleolítico se puede regresar en apenas 50 años. Y a quien lo dude le facilito mi hoja de ruta nativa para que conozca Cuba sin invitación ni paseo gubernamental: Ve y mira, segunda parte, con perfil tropical, de la película de Elem Klimov sin bombardeo ni ensañamiento teutón. Ottón Solís, líder de oposición aquí, y alguien que tiene por costumbre macerar su discurso de izquierda via Internet, via satélite o via teléfónica desde su Cátedra en la Universidad Internacional de la Florida, se aventuró a señalar que su Partido “desde hace mucho tiempo anunció que deberíamos tener relaciones diplomáticas con todos los países reconocidos por la ONU y Cuba es uno de esos países. Me parece una decisión acertada”. Acertada o no, el hombre dirá que si el mismísimo Presidente de la República toma decisiones a lo Indiana Jones, él también se tira con la guagua andando, y que pare el que tenga freno ¡!

Si, es cierto que Cuba está entre los 193 países reconocidos por la ONU. Pero Taiwan no lo está, y de no ser por el filón de oro con encomienda y enmienda que ofrece China, ya fueran 65 los años de relaciones diplomáticas – y de todo tipo – entre San José y los líderes actuales del Kuomintang.

Cuba además, no solo está entre los actuales 193 miembros de la ONU, sino que ocupa honroso sitial – por méritos acumulados cuando mi abuela despalillaba tabaco en la Partagás – entre los fundadores de Naciones Unidas, y es firmante de la Declaración Universal sobre Derechos Humanos que promulgara la Organización en Diciembre de 1948 con el apoyo de apenas 52 países. Y no obstante, desde hace 50 años el Gobierno dinástico cubano viene dejando claro y sentado que mientras quede en la rosca una vuelta probable aunque irreconocible ya para el ojo humano, seguirá apretando la tuerca que anula la aplicación de todos y cada uno de los postulados de dicha Declaración. Y aún así Costa Rica se suma al coro de mutantes y decide restablecer relaciones diplomáticas con La Habana. Al timador e ilegítimo gobierno cubano, que a golpe de intimidación, exclusión, sombras, barrotes, enfriamiento de huesos, desesperanza, abulia y marcapaso de corazón cansado, impone cadencia de pelotón de infantería a una parroquia entera, no se le debe proponer oferta semejante porque algo así significa despreciar, por ignorancia o por indiferencia, más de 500 años de historia, y Cuba como nación, como raíz y como pueblo, merece respeto.