lunes, 24 de septiembre de 2012

El Apartado Frambuesa del Premio Novela Breve 2012 ya tiene nombre.


 
 
El Apartado Frambuesa del Premio Novela Breve 2012 ya tiene nombre. 
         Defender la Cuba del momento – 52 años – es asunto serio. No tanto por el hieratismo del instante como por la carencia de argumentos para sostener las pencas del bohío. De todas formas talibanes tropicales nunca faltan, ni faltarán. En junio, Rafael Hernández, director de la revista cubana Temas – y ya sabemos que en Cuba toda publicación periódica impresa se ennoblece ¡aayy! con el uso social que por fátum le corresponde: la limpieza del culo más vecindades – demostró cuan extenso puede ser el tiempo que al ocio se dedica en la ínsula: publicó en el blog castrista La joven Cuba un mamotreto/longaniza – Carta a un joven que se va – cuyos visos de noveleta le alcanzan para aspirar a diploma en el apartado Frambuesa del Premio Novela Breve de este año. Y aunque sabía Rafael que puertas afuera el foro en torno a su artículo sería más auténtico por honesto, más democrático por plural, más moderado por inclusivo, más dinámico por real, más valiente porque nada hay que temer y más higiénico porque puertas afuera nadie necesita limpiarse el culo con una revista, no previó, como todo prohombre oficial e insular de los últimos 52 años, que alguien que no fuera él, tuviera la primaria capacidad de análisis, necesaria para dar una respuesta básica a su desvarío. Y la respuesta llegó - Carta de un joven que se ha ido -, por mano ajena, joven, cubana: incontrastable para él, para ellos. A partir de ahí comenzaron a hondear, como siempre del malecón hacia afuera, las banderolas en bandolera. Del malecón hacia afuera porque allá adentro el único viento malsano que sopla es el que anuncia que mañana el eufemístico pan llegará tarde a la bodega. Y el respondón respondió por segunda y dura vez (Existimos). Como todo cubano que viva más allá del veril azul turquesa del paraíso que abandonó, es decir como cualquier otro cubano que duerma bajo techo no nacional y no se identifique con los principios, los valores – es por decir algo – que sostienen las yaguas del barentierra donde aletarga su conduerma el último gobierno cubano – 1959 - 2012 y ¿hasta cuándo? –, ese hijo taino de Bulgaria tiene que ser también, por decreto, un agente de la CIA, un contrarrevolucionario, un mercenario a sueldo del Imperialismo Yanqui. No hay más opción. Bienvenido al Yacht-Tennis Club de los 3 millones de afiliados.