sábado, 13 de agosto de 2011



Novelmatográficas.

En la novela Los años con Laura Díaz, hay un pasaje que me recuerda una escena de la película Pulp Fiction. La manera en que muere Juan Francisco el esposo de Laura Díaz, en el libro de Carlos Fuentes, me remite a la muerte de Vincent (John Travolta) en el filme de Tarantino. Muerte pacífica vs muerte violenta, pero muertes similares por locación, por aviso de lo inminente, por la grotesca postura en la que quedan los cuerpos. Al terminar estas líneas colocaré la escena de la película; aquí va el fragmento de la novela del mexicano: Ya no habría tiempo de decir te quiero. (...) Sintió unas ganas inmensas, dolorosas y placenteras a la vez, de sentarse a cagar. Ya no habría tiempo de cumplir la promesa de un destino admirable, glorioso, heredable. Se bajó el pantalón del pijama que su hijo Dantón le regaló y se sentó en el escusado. Ya no habría tiempo...Pujó muy fuerte y cayó hacia adelante, se descargó su vientre y se detuvo su corazón. En ambos casos lo procaz se convierte en elemento creador dentro del plano narrativo por el que avanza ese instante de la obra. En ambos casos hay un tempo en crescendo, premonitorio, y en ambos se logra un planteamiento estético que da forma al cimiento artístico. La mueca del asco y el horror trastocada en otra cosa: introspección, imagen certera, atavío. Arte, en definitiva.