Tándem
Apunto aquí sentencias de
dos que dijeron no saber ni qué carajos eran. La primera aparece en ese bloque
de mármol, en ese monumento al nihilismo que a fino machetazo escribió Pessoa:
Tabaquería. La segunda es cosa de Borges, siempre tan él. Y que ironías se
gasta la nomenclatura de los inmortales (asunto ese de la eterna presencia en el que Borges no creyó):
medio mundo sabe cuando menos “algo” de este par de tipos que no hace mucho se
montaron en la bicicleta del - hasta ahora - pedaleo sin descanso.
¿Qué sé yo del que seré,
yo que no sé lo que soy? Fernando Pessoa
¿Quién soy yo? Estoy
tratando de averiguarlo. J.L. Borges.