Certificación de
nacimiento.
Nací en una isla-santuario,
compartida ayer entre los que ya no están, compartida hoy entre los últimos 15
millones de paganos y feligreses que en ella nacimos y todavía pestañeamos.
Nací en una isla-doncella marítima, en una isla-goleta geográfica que navega
en el pecho de cada cubano, dondequiera que esté. Es una isla que para patria ser le alcanza con
habernos parido, y con ello legarnos esa herencia topográfica, racial, sincrética,
emotiva, de formas, olores, sabores y ausencias; ese yo preliminar que nos
constituye. Nací bajo secuestro en una isla que flota dentro del mundo, en una
isla que semeja un piano que alguien toca
detrás del horizonte. Un piano de atril, visible desde lejos, empotrado en laminar
tarima de mar. Nací en una isla bajo secuestro, bella pero triste, de alegría ontológica.
En una isla que hecho jirones mantiene sobre su lomo, desde hace 53 duros años,
el último de sus temporales ornamentos; en una isla-Acrópolis de los tiempos
modernos, que emite resplandores de fuego fatuo desde sus ruinas,
en una isla que se desnutre hoy alimentando la manía de una grandeza que
perdió hace mucho tiempo.
Post Data: En la 1ra foto: La Habana !primera mitad de los años 20, hace casi un siglo! ( Prado, intercepción con la calle Neptuno). En la 2da, La Habana, hoy.
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