El Plátano y la Airbus Industrie.
El Hombre Musácea,
Nicolás –alias El Plátano – Maduro,
no asistió a la sesión plenaria número 68 de la Asamblea General de Naciones
Unidas porque, entre otras cosas y siempre según él, los franceses pretendían
pasarlo al reparto de las mayorías antes de llegar a Nueva York. Cuando no está
en servicio el avión presidencial, El
Plátano se mueve en una carreta de bueyes flotante que el gobierno de Cuba
le alquila. El Hombre Musácea no se queja por eso. Pero él, que todo lo
presiente (hasta la presencia de los penes aunque no se vean y quién sabe si
hasta la de los penes erectos), intuyó que allá en la Galia querían que su Airbus
se desguazara en pleno vuelo, y mandó a revisar la aeronave. ¡Y ahí estaba la
falla! – ¡grave! – en un ala. Apenas con un (otro) pensamiento preclaro, le ha bajado
los humos, le ha quitado a la Airbus
Industrie –masoquista como es la Compañía – esos deseos tremendos que tenía
de tumbar uno de sus aviones para poder echarse encima una volqueta llena de
mierda. ¡Oye tú!, no es poca cosa lo que taladra con esa mente, este Chaman de una
tribu del Orinoco. De haberse atrevido a montar en el Airbus defectuoso, de
haber llegado aquel a Nueva York, no puedo ni imaginar cómo habría sido esa
nueva letra del abecedario que en la O.N.U celaría – hasta el momento oportuno –
debajo de una manga.