Submarinas.
Desde hace unos meses Venezuela
y Cuba, lecho marino mediante, tripa metálica recubierta de hule mediante, se
acoplan. Es un fenómeno interesante para la neonatología. Veámoslo así: la
madre – Venezuela – facilita alimento nutricional informativo al hijo
distrófico (Cuba). Pero el chamaco no se deja alimentar, se mete la píldora en
la boca, y no se la traga. Embaraja la
talla, vaya. La madre lo sabe, pero “se hace la sueca”: no requiere al hijo
por la falta grave. Pensará: yo cumplí con la parte formal del procedimiento. Si
el recién nacido come o no, eso poco le importa. Es el clásico caso de desapego
entre congéneres. Me atrevería a decir que esa madre sería feliz si muriese aquel
hijo mal parido.
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