martes, 20 de diciembre de 2011


Rep. Pop. Dem. Korea: tierra de invictos cortauñas.


        Se murió el máximo líder de la república que fabricaba los mejores cortauñas que ojos humanos vieron en mi tierra natal. Y eso es algo de peso, los cortauñas quiero decir, o piense en los metros cúbicos de agua que desplaza un barco repleto de contenedores llenos de cortauñas. RPDK eran las siglas que crípticamente identificaban el lugar de procedencia de aquellos buenos cortauñas. Con el tiempo llegué a pensar que lo único que producía aquel país eran cortauñas. Como también llegué a pensar que lo único que producían Singapore, o Hong Kong, eran soldaditos de juguete porque la URSS se llevaba las razones del culto al made in en la Cuba de la Cuarta Glaciación (1959 – 1989): desde una lata de carne hasta una lata de leche en polvo, desde el carro, la locomotora, el avión hasta las cajas de bolas de la chivichana, el Made in URSS era letra ubicua y todo lo demás monocultivo industrial, incluyendo a la RPDK. Todavía hoy tengo la sensación de que – descontando las plantas, los animales, los cascarones de lo que tal vez alguna vez fueron edificios – no hay mucho más que cortauñas en la RPDK, lugar apócrifo donde hace dos o tres días murió su máximo líder, Kim Jong Il. Y fíjese usted en el parecido del nombre del difunto con el sonido que propone al caer un cortauñas. La causa del deceso del querido camarada fue, según fuentes locales, cansancio físico. Imagino que debió correr sin descanso una maratón de la frontera norte a la sur, par de veces, ida y vuelta, y solo la muerte lo detuvo. No se especifica en la nota de prensa oficial si el postrer quejido que emitió el cuerpo al caer fue similar al de un cortauñas. Pero se sabe que, al menos por allá, se le ha llorado con más ganas que por acá. No obstante, tome en cuenta que en un coreano del norte esas lágrimas y esos mocos sufridores, de abandono y desconsuelo ante la inconsolable ausencia del máximo líder, tienen mucho en común – para hacer una equivalencia genuinamente RPDK – con las lágrimas y los mocos de un cortauñas.

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