viernes, 21 de enero de 2011




De Super Mario a You, Darkness… ¡!

Los turnos de idioma Inglés estaban entre mis preferidos para ausentarme a clases en mi primer año en la universidad. La profesora no estaba nada mal, era joven, atractiva, vestía a mi gusto: sayas largas, blusas de tirantes, sandalias; era además espontanea, abierta, con una espiritualidad contenida pero palpable, e incluso refinada. Pero jamás abría el registro de asistencia, nunca se ocupó demasiado contabilizando presentes y/o ausentes y por esa grieta me colaba yo y otro par de socios. En definitiva, mujeres bonitas había en la Universidad de la Habana hasta para hacer dulces, hasta para tirar para arriba, como diría un buen amigo tico, así es que no había porque “amarrarse” con el turno de inglés para darle de comer al ojo. Por aquel entonces Super Mario y Luigi daban sus primeros brincos, escupían inaugurales pelotas para abatir enemigos y rescataban primigenias princesas en un ambiente que recordaba los cánones de la pintura y los bajorrelieves del Egipto faraónico. Más de una vez creí perder la vida cruzando la calle que separa la colina universitaria de la Casa de la FEU, en aquellos desesperados intentos por llegar a los mandos del Mario Bros antes que mis compañeros de aula. Algunas veces lo logré, otras fueron ellos quienes pusieron a prueba los frenos de los vehículos citadinos, y por medio paso salvaron la vida y ganaron la corrida por Mario-Luigi. Hubo un jueves sin embargo, en el que por alguna causa que a la distancia de los años me resulta ignota – aunque seguro estoy que no me había puesto los húmeros a la mala ni me había vuelto con todo mi camino para verme solo – decidí quedarme en el aula durante el turno de inglés. Fue tal vez una de las decisiones más felices que he tomado en la vida. La profesora llegó con un poema de El libro de las horas (1905) de Rainer Maria Rilke, y consumimos todo el tiempo de la clase desentrañando ese texto. Por primera vez escuché, leí, analicé e interioricé un poema en otra lengua que no fuera la mía. Y sin fetichismo ni cliché, fue algo hermoso. La profesora leyó el texto, en su versión en inglés, con tal recogimiento, con tan impecable pronunciación, que parecía que las palabras se apropiaban del lugar, del instante y del silencio ulterior. Apenas entendí algo del contenido del poema en la primera lectura, pero el sonido de las palabras, de cada fracción de palabra, acaso las pausas, la cadencia de los sonidos, alcanzó para concretar la emoción. Y el efecto se redondeó con el análisis íntegro del poema. Víctor Hugo dijo alguna vez que el inglés es el idioma para hablar de negocios, el francés es el idioma del amor, y el español es el idioma para hablar con los dioses. Me parece atinada la sentencia y sin embargo, parecerá cosa de locos, pero nunca he podido asumir ese texto en español con la intensidad que me llega al leerlo en inglés. Aquí debajo les dejo con dos versiones: una en inglés, otra en español, y el poema en alemán, su idioma original, para aquellos dichosos que dominen la lengua de Goethe.


You darkness, that I come from,
I love you more than all the fires
that fence in the world,
for the fire makes
a circle of light for everyone,
and then no one outside learns of you.

But the darkness pulls in everything:
shapes and fires, animals and myself,
how easily it gathers them!-
powers and people-

and it is possible a great energy
is moving near me.

I have faith in nights.


Tú, oscuridad de la que provengo,
te amo más que todos los fuegos
que arden en el mundo,
por el fuego se hace
un círculo de luz para todos
y entonces, nadie ajeno aprende de ti.

Pero la oscuridad lo retiene todo:
formas y llamas, animales e incluso a mí,
cuan fácil los atrapa,
personas y poderes...

Y puede ser que un gran ímpetu
se agite cerca de mí.

Creo en las noches.


Du Dunkelheit, aus der ich stamme,
ich liebe dich mehr als die Flamme,
welche die Welt begrenzt,
indem sie glänzt
für irgend einen Kreis,
aus dem heraus kein Wesen vor ihr weiB.

Aber die Dunkelheit hält alles an sich:
Gestalten und Flammen, Tiere und mich,
wie sie's errafft,
Menschen und Mächte -

Und es kann sein: eine groBe Kraft
rührt sich in meiner Nachbarschaft.

Ich glaube an Nächte.




P.D: La traducción al español es mía, hice el mejor esfuerzo, pero no soy un traductor oficial. Tomen en consideración – además de cerveza – que es un intento de transcripción desde la versión en idioma inglés, porque del idioma alemán solo se que existe. En fin, el mar…

En las fotos: en la de arriba; Mario en acción; en la que está debajo de la de Mario; Rainer Maria Rilke.

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