Memorial del Convento
La alegoría llega cuando describir la realidad ya no sirve. Los escritores y artistas trabajamos en las tinieblas, y como ciegos tanteamos la oscuridad. Fueron palabras dichas por José Saramago en 1982, cuando lograba lo que pocos han conseguido, menos aún al mismo tiempo: publicar una novela y elevar a la categoría de sublime su labor como escritor. Memorial del Convento, engranando con precisión de relojero en el exótico estilo narrativo-descriptivo una historia irreal y desbordada de fantasía, pero soberbiamente lírica y humana, fue el vehículo que transportó al portugués de la Tierra al Monte Olimpo. Saramago tantea en la oscuridad y trabaja en las tinieblas, pero utiliza mirilla laser para colocar sus proyectiles justo donde la oscuridad le ofrece un blanco repleto de eterna transparencia. Describir la realidad literalmente ya no le sirve para mucho, pero se apoya en la urdimbre del Medioevo Inquisidor con el objeto de legitimar su validez histórica, y desde ahí, solidificar sus argumentos. Baltasar Siete Soles (el soldado manco), y Blimunda con sus poderes sobrenaturales, no solo deambulan juntos y separados los caminos del Portugal de comienzos del siglo XVIII, sino que llevan tras ellos todo el séquito de lectores. Memorial del Convento es una historia de amor sin palabras de amor, pero además es una historia de amor que no necesita palabras de amor. Para el arte, literario en este caso, una historia no tiene que ser literalmente real para ser verídica, y Memorial del Convento puede desencajarnos hasta las lágrimas y desgarrarnos la médula porque es ficción creíble y porque no solo a sus personajes y protagonistas les transparenta la voluntad y les deshace el alma. Esta novela de culto, llena de pasajes memorables como aquellos que describen la reconstrucción y el vuelo del ilustre artefacto, la angustia de Blimunda por la ausencia del amado, o el triste final, nos recuerda que la vida es un viaje casi siempre desbordado de un lirismo terrenal, crudo y angustiante, pero siempre valedero cuando el amor le acompaña. Según Saramago, La alegoría llega cuando describir la realidad ya no sirve, pero al decirlo quizá no sabía que la alegoría también llega cuando una novela como esta deja una marca de tal magnitud en nuestro pensamiento que nos obliga a encuadernarla en el feudo alegórico de la poesía. Y aquí les dejo mi sugestión poética en honor a Memorial del Convento.
¡Ah Blimunda
que dolor espectral
el de mi carne
puro carbón sobre la hoguera!
Mi chasquido cociendo el silencio.
Mi chasquido
alimento de la turba que también fui.
Contigo aquí
ya no es mi angustia
el signo que levita.
La plaza hiede a mi
no importa
mi voluntad no es parte de ello.
Michell, comparto contigo la admiración por Saramago. Por ese filo de luz que el escritor nos deja podemos ver también nosotros la transparencia de muchas cosas. El poema, muy bueno también, es ejemplo de ello.
ResponderEliminarSaludos,
Verónica
Verónica,
ResponderEliminarSaramago para mi es un verdadero "monstruo" en la Literatura mundial.Y según yo también "Memorial del Convento" es lo mejor d él..y mira q m he leido unas 5 o 6 novelas suyas..(Ensayo sobre la ceguerra, La balsa de piedra, El vangelio según.....)T cuento q "Memorial.."es la 2da novela q m saca las lágrimas a rios.Ese final es tremendo..!!
El poema pertenece a un libro q estoy preparando hace varios años..
Gracias x estar acá, y x el coment..
saludos desde mi rincón del Mundo..
Michell es bueno saber que en la lectura cabemos todos, el autor nos regala sus personajes para en cóncavo o convexo podamos reflejarnos. TE recomiendo su libro La caverna y el de la muerte que no recuerdo ahora su nombre. Cuida tu rincón del mundo...y pasa por mi tendedera, cuando puedas
ResponderEliminarKerala,
ResponderEliminarel libro al q t refieres es "El año d la muerte d Ricardo Reis",es un viaje y homenaje a la vida del poeta portugués Fernando Pessoa..Ricardo Reis era uno d sus varios heterónimos..
"La cueva" no la he leido aún"..
Siempre visito tu tendedera, y hasta cuelgo algún q otro palito d tender..jeje
Saludos desde mi rincón del mundo..¿como puedo llevar a vias d hecho tu consejo d cuidarlo?
Gracias x la visita y el coment..
R. Tagore escribía: No dejes tu amor sobre el precipicio.
ResponderEliminarO Si un nombre necesita una lámpara es porque ha perdido su sombra...............
Cuida tu espíritu y el rincón será acogedor, dice mi abuelo.
Y no es ese el libro, mañana busco en el librero y te digo, es tarde por acá.
El libro de cuentos de Saramago: Casi un objeto.
ResponderEliminarLa novela mencionada: Las intermitencias de la muerte.
Me he leído dos libros de él y me han gustado. Uno de ellos "El an~o de la muerte de...".
ResponderEliminarEste que comentas lo tendré en cuenta para la lista de pendientes...
Espero estés bien, Michell!
Saludos,
AB
Kerala,
ResponderEliminarcreo q mi espíritu mientras más desvencijado y maltratado mejor está, más resplandece..(y no es masoquismo).."LAs intermitencias d la muerte", no lo he leido, pero siempre lo he tenido como asignatura pendiente, y aprovecho tu invitación para retomar el impulso..
Aguaya,
tómalo en cuenta, y muy en cuenta."Memorial del convento" bien merece un monumento..
Gracias a las 2 x la visita y los coments..
saludos desde mi rincón del mundo..