Soy de los jóvenes y de los viejos, de los inquietos y de los discretos/Indiferente a los demás, atento para con los demás,/Maternal, paternal, niño y hombre.
(Walt Whitman. Canto a mi mismo)
sábado, 31 de enero de 2009
Divertimento en retrospectiva
(Ya corregido, pueden acceder a los enlaces..disculpen las molestias, y disfrútenlo..si lo logran)
Ya que era llegado el tiempo / en que de nacer había, / así como desposado / de su tálamo salía (1) / este blog que es alma mía, éxtasis, ideología sin edicto ni pancarta, esquina de barrio nuevo con seriedad irreverente - si alguien, además de un servidor, se siente involucrado con esos términos, pues mejor -, decido hacer una primera parada de carretera, salir del carro y relajando encéfalo colocar una mano sobre la frente como huesuda visera para que no moleste el Rey de los astros desde su crespúsculo – no confundir con Rey Vicente Anglada - , y disfrutar del paisaje que va quedando atrás, antes de seguir camino rumbo a paisaje desconocido.
En un documental de lujo transmitido por HBO a finales del 2006 - al menos yo lo vi ese año – David Randolph Scott, uno de los héroes del Programa Espacial y las misiones Apollo, desarrollados por la NASA en la segunda mitad de los años 60, interrogado sobre la supuesta falsedad de aquellos aterrizajes y caminatas lunares, decía con humildad ante las cámaras : “Nadie puede quitarme los pasos que di en la Luna”. La sentencia de D.R.Scott me pareció excelente, lapidaria para los escépticos que defendían la teoría del montaje holliwoodesco enGuerra Fría, y perfecta para apropiármela ahora: “Ni J.K. Rowling ni Daniel Radcliffe, ni el mismísimo Gordon Brown me quitan el mérito de haber escrito la última parte de Harry Potter”. Se que la pelea con ellos es de leon pa´mono, pero aún así pretendo batirme, aunque sea en retirada, haciendo mi escaramuza sobre el asfalto y “pitando rega´o” a los 4 vientos. Ya estructuré la campaña-ofensiva, la operación jaque-ca, el plan de ataque; y el descredito les llega más temprano que tarde o me cambio el nombre ( por el aquello de los imprevistos ya pensé en otro ).
AlCesar lo que es del Cesar, San Nicolás del Peladero para Plutarco Tuero, y a mí el derecho y la gloria – esa con la que tantos dicen conversar - sobre lo que me pertenece; que aquí por vindicaciones no falta ni la de Nietzsche. Cualquiera puederecalentar la vieja máquina del tiempodesde la memoria. Aplicando conteo regresivo desde el arranque del pensamiento no es difícil tabular la información necesariapara saber que la contienda desleal ha sido punto neurálgico en el eterno dilemaque a través de los siglos ha desencadenado las más bajas pasiones no solo entre los escritores, sino entre todos aquellos que han escogido el encrespado camino del arte como bandera . ¿Qué cual es ese eterno dilema?: la imperiosa necesidad de acuñar a toda costa y a toda prisa la obra de arte.
Escudo y estandarte, magnitud atemporal y palabra poética sin rozar ni de lejos la poesía, se vuelve todo nombre que prevalezca cimbrando en el tiempo las fibras sensibles de cualquier existencia temporal. Y sin embargo, como en un making off, los chismes de corredores y elterremoto mediáticoque genera en el vulgo proletario la frecuente dicotomía entre creadores, no pocas veces se llevan la mejor tajada del firmamento más inmediato.
En el tercer milenio de nuestra era, con tanta Tele, tanta autopista de asfalto y virtual y tanta prensa escrita, digital..y prensadora de todo lo prensable; hasta un gruero se lanza - ¿ de la grúa ? - con un par de decálogos de factura propia bajo el brazo, y hasta un guajiro se atreve con variaciones de Romancero, pero no es mi caso– me atrevo pero no soy guajiro..ni gruero en caída libre - . Yo me limito, in cold blood , a mantener la cabeza sobre los hombros, porque lo exige mi caso, la querella, el litigio legalen demanda de mis derechos sobre la última parte de Harry Potter.
Pausa aquí. ¿La querella ? ¿ Litigio legal ? ¿La cabeza sobre los hombros ?..¿ mi caso ? ¿ Cual era ese ?
Escierto que la vida está llena de lugares comunes, pero también de momentos memorables. En Agosto de 1968, mientras mi abuelo paterno caminaba por el campus de la Universidad de Harvard, “haciendo media” y desgastando el reloj con la mirada, bajo el nublado cielo del mediodía de Cambridge, en compañía de Samuel Phillips Huntington, a la espera del regreso del hambriento Truman Capote para seguir la entrevista - que apenas comenzaba y ya era más abulia que interés lo que presagiaba - ; a 4000 kilómetros de distancia, los tanques soviéticos hacían su aporte blindado a la meteorología de Europa del Este, poniendo punto final a la única estación climática con tintes políticos que recuerde la historia checoslovaca: La Primavera de Praga. Entraban por una puerta de la ciudad los tanques rojos, las reformas democráticas de Alexander Dubcek regresaban por otra a los libros de aspiraciones y suspiros del pueblo checo-eslovaco, y Vaclav Havel tomaba un segundo aire para continuar su lucha otros 20 años contra el fanguero y el desajuste climático que en tierra ajena provocaban las esteras y los conductos de escape sin filtro de los tanques del Kremlin. Al otro lado del planeta, por idéntica fecha, los B 52 Stratofortressdel Tío Sam, para no quedarse atrás, también hacían novedosas contribuciones, en este caso a la cultura agrícola y rural de la región Indochina. Arando y machacando la tierra desde el aire con esmero encomiable, la bomba más pequeña que allí dejaron caer – como al descuido -pesaba 500 libras, suficiente para formar un hueco lo tremendamente grande como para sembrar un campo de arroz que abasteciera a toda la población de la Cochinchina.
Conocedor a fondo del tema, tan a fondo como le permitieran las circunstancias enterrarse en el Bunker de la Casa Blanca, Samuel Phillips Huntington, asesor por ese entonces de Lyndon B. Johnson y compañero de caminata de mi abuelo aquel día de Agosto de 1968 por el Campus de Harvard, no solo defendía la misión nacional en territorio geográfico tan afín a la Patria de Abraham Lincoln como el sureste asiático, sino que le agregaba la noble idea de aplicar fertilizantescapaces de desplumar y cocinar un pollo en pleno vuelo rasante sobre los potreros ribereños del rio Mekong, cosa que en el aterrizaje se colara en el caldero yalisto para consumo de los gusanos que se comerían, junto con el pollo, a los consumidores también consumidos por el fertilizante. Es válido aclarar que gracias a la novedosa estrategia desarrollada por la aviación militar norteamericana sobre la región de los seres con forma de lamparita de noche, los huecos para sembrar arroz se cuadruplicaron en un intervalo de 5 años, aumentando considerablemente de año en año el tamaño de los huecos, y los defectos – genéticos - de las lamparitas de noche, por el uso indiscriminado de fertilizantes. Según datos estadísticos aportados por el Pentágono y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, al concluir la Operación en 1973 con los Acuerdos de Paz-tos, esa zona del Planeta comenzó a robarle atractivo turístico a la Gran Muralla China, pues quedó convertida en un único y enorme cráter, visible desde el espacio exterior y capaz de satisfacer, cultivo de arroz mediante, la masticación del grano por todas las bocas del Universo conocido.
Me reservo el contenido del disparate-respuesta que mi abuelo, anarquista furibundo y hippie como no han nacido dos en esta Galaxia, soltaría “a boca de jarro” a Samuel Phillips Huntington justo antes de la despedida , cuando aquel lo conminó a opinar sobre el conflicto desatado a raíz del incidente-inexistente en el Golfo de Tonkín, 4 años antes de que Truman Capote se antojara de partir en 2 -para ir en busca de un pastelillo - la entrevista que había concedido al patriarca de los Darío no persas, sino nativos de Santiago de las Vegas, y descendientes de una larga cadena de gallegos montañeses y rebencudos. Y es que no hay tiempo para más, porque ya Truman Streckfus Persons, alias Truman Capote, se acomoda irreverente, pastelillo en mano, bajo untriste ciprés , al tiempo que invita a continuar el descenso hasta la grama a su entrevistador :
A : ¿ Como agota usted la imaginación? ¿Se trata de solo de pensar la historia durante cierto tiempo o hay más que eso?
TC : No creo que sea solo cuestión de tiempo...Cuando escribo un cuento tal vez ya no siento hambre por ese cuento, pero conozco bien su sabor….Mi teoría es que el escritor debe haber gozado su ingenio y secado sus lágrimas mucho antes de proponerse suscitar reacciones similares en el lector… En otras palabras, creo que la mayor intensidad del arte en todas sus formas se alcanza con la cabeza fría y deliberada…
A : ¿ Han sido escritos sus mejores cuentos o libros en momentos tranquilos o trabaja usted mejor con tensión emocional o a despecho de ella?
TC : Tengo la ligera sospecha de que no he vivido un solo momento de tranquilidad…Además un poco de tensión derivada del empeño de sacar un trabajo en un plazo dado me viene siempre bien.
A : Ha vivido en el extranjero los últimos 8 años. ¿Por qué regresó a los Estados Unidos?
TC : Porque soy norteamericano, y no podría ser ni quiero, otra cosa. Además me gustan las Ciudades, y Nueva York es la única Ciudad legítima, verdadera…
A : ¿Lee usted mucho?
TC : Demasiado. Cualquier cosa, incluidas recetas de cocina, etiquetas y anuncios. Soy un apasionado de los periódicos. Todos los días leo todos los diarios de Nueva York...Leo unos 5 libros a la semana, y prefiero las buenas novelas..
A : ¿Qué escritores han influenciado en usted?
TC : Conscientemente, bajo influencia directa, ninguno. Aunque varios críticos me han informado que estoyen deudas con Faulkner, Carson Mc Cullers..Mis entusiasmos constantes son Chejov, Flaubert, Jane Austen, E.M Forster, Maupassant, Rilke, Proust, Shaw..la lista es larga..
A : ¿ A cuales escritores llamaría estilistas y a cuales no?
TC : ¿ Que es el estilo?¿Y que es , como pregunta Zen Koan, el sonido de una mano? Nadie lo sabe realmente. Sin embargo, uno lo sabe o no lo sabe..Usando una imagen simplista, el estilo es el espejo de la sensibilidad del artista, en mayor grado que el contenido de su obra..En cierta medida todos los escritores tienen estilo..El estilo es a veces una fuerza negativa…Mark Twain , Hemingway, Flaubert, Forester, Collete, todos ellos me parecen triunfos sobre estilos fuertes pero negativos..estilos que no añaden nada a la comunicación entre escritor y lector…
A : ¿ Puede un escritor aprender de su estilo?
TC : No, no creo que el estilo sea algo a lo que se llegue conscientemente, como tampoco llegamos al color de nuestros ojos. Al fin y al cabo , su estilo es usted……
A : Su obra ha sido muy elogiada en Francia.¿ Cree usted que el estilo es traducible?
TC : Claro. Siempre y cuando autor y traductor sean gemelos artísticos.
A : ¿ Que porción de su obra es autobiográfica?
TC : Una porción muy reducida en realidad…aunque todo lo que un escritor escribe es en cierto sentido autobiográfico..”El arpa de pasto” es lo único que he escrito tomándolo de la realidad, y todo el mundo pensó que era inventado. “Otras voces, otros ámbitos” era un invento y todo el mundo pensó que era autobiográfica…
A : ¿ Tiene usted algunas ideas o proyectos definidos para el futuro?
TC : ( Meditabundo el tipo)..Bueno si. Siempre he escrito lo que era más fácil para mi hasta ahora. Quiero intentar algo distinto, una especie de extravagancia controlada. Quiero usar más mi mente y los colores..Hemingway dijo alguna vez que cualquiera puede escribir una novela en 1ra persona. Y yo se exactamente lo que quiso decir.
De los Capote que en mi vida he conocido, el que más lejos llegó fue hasta la tercera base de los equipos Habana y Metropolitanos de la pelota cubana en la segunda mitad de aquellos anoréxicos años 90 que a golpe de tiñosa frita y perro enclenque languidecían rozando la línea del Trópico de Cáncer, justo a las puertas del Golfo de México. Tony Torriente le llamaban al espigado beisbolista nativo de San José de las lajas, en la Provincia La Habana, Cuba. Siempre fue un enigma para mi la dicotomía de Tony con su apellido, pues en la tele narraban : “batazo altooo largooo de Torriente, yyyy la bolaaaa…da contra el muro”- los dejé con las ganas de visualizar el jonrón - , pero en la calle todo el mundo le decía “Capotico”. Su hermano, “Capote”, compañero de fugas en el Ejército, no rebasó la escala de los Correccionales, y se postró a tal punto cuidando reos en la prisión “Ganuza”, que llegó el día en que no supo definir de que lado de los barrotes estaba él. La hermana de ambos moriría trágicamente bajo las ruedas de un tren. Y en la oración anterior no caben las bromas.
Quien diría que Joe, un cubanazo cualquiera lleno de huesos largos y pasaporte mal mirado años después, le daría ínfulas y renombre a semejante apellido, décadas antes de que aquellos Capote del párrafo anterior, por todos desconocidos, se diluyeran en la tumultuaria cofradía de los seres sin rostro. Y el asunto fue que a Truman Streckfus Persons, un norteamericano excéntrico desde el 30 de septiembre de 1924 - fecha de su nacimiento - se le ocurrió tirarse a cuestas el apellido del padrastro para salir a deslumbrar al mundo hasta la eternidad, incluyendo un punto álgido, un paréntesis de frenesí en el 2006: la película de Bennett Miller magistralmente protagonizada por Philip Seymour Hoffman : “Capote”..¡ Y allá iba el Oscar que se mataba a las manos de Philip Seymour Capote !
En 1966, cuando su vida y obra llevaban casi 30 años dando de que hablar por cualquier rincón del Mundo y de su cuerpo, el escritor Truman Capote revolucionó el universo literario con la publicación de In Cold Blood (A Sangre Fría), la que con el tiempo y un ganchito se convertiría en la más famosa de sus novelas, desplazando por novedad de slogan : “ ¡ vaya compra tu primera novela sin ficción aquí !”, la que hasta ese momento se presentaba como la cumbre de sus obras: “ Desayuno en Tiffany´s ”.
Al leer “A sangre fría” no se puede definir donde encontramos el elemento más gélido: si en la fría sangre de los asesinos de la familia Clutter, o en la narración de Truman Capote. Pero señores, más allá de los chismes sobre el probable asqueroso enamoramiento entre el escritor y uno de los asesinos, Truman Capote pudo perfectamente no haber escrito absolutamente nada antes o después de esta novela, que ella sola soporta, para gloria de su autor, todo el peso de la posteridad. El ejercicio periodístico nunca fue el mismo después de esta novela, y la novela, bueno, la novela está como para no soltarla de las manos hasta el punto final.
Y aquí les dejo con algunos fragmentos de la primera parte de la entrevista que en 1968 le hiciera mi abuelo paterno a Truman Capote en Boston, Masachuchuchu..setssssssss: (incorrección ex professsional)
Abuelo ( A desde la siguiente pregunta): ¿ cuando empezó usted a escribir?
Truman Capote ( TC – sin Lintercalada, que entonces sería un Tratado Comercial – a partir de la respuesta # 2 ): Cuando tenia 10 u 11 años…optando por el premio literario ( un pony o un perro) del periódico Mobil Press Register .Naturalmente no gané ningún premio.
A : ¿ Estaba usted seguro, en aquel entonces, de que quería ser escritor ?
TC: Sabía que quería ser escritor, pero no estuve seguro de que lo sería hasta los quince años más o menos…ya había empezado a enviar cuentos a revistas populares y literarias..a los 17 años, el mismo día ¡!, recibí en el correo la primera, la segunda y la tercera carta de aceptación. ¡!.Creame usted que eso de saltar de alegría no es una simple frase ¡!.
A : ¿ Que escribió usted primero ?
TC : Cuentos. Mis ambiciones más firmes giran aún alrededor de ese género….
A : ¿ Que significa “control” para usted ?
TC : Mantener dominio estilístico y emocional sobre el material. Llámelo preciosismo si quiere..pero creo que un cuento puede ser arruinado por un ritmo defectuoso en una oración – especialmente al final – o por un error en la división de los párrafos, y hasta por la puntuación
A : ¿ Como se llega a dominar la técnica del cuento ?
TC : Cada cuento presenta sus propios problemas técnicos, no se puede generalizar… La forma correcta de escribir un cuento es descubrir la manera más natural de contarlo……
A : ¿ Hay recursos que uno puede utilizar para mejorar la técnica ?
TC : El único recurso que conozco es el trabajo. La creación literaria tiene leyes de perspectiva, de luz y sombra, al igual que la pintura, la música. Si uno nace conociéndolas, magnífico. Si no, hay que aprenderlas. Después reordenarlas a conveniencia……
Continuará..
viernes, 16 de enero de 2009
Decatalogando Decálogos a mi manera.
Concentrar tanta energía como sea posible, liberar las válvulas, sentir que poco a poco el pensamiento te adelanta, que no espera por ti, que absorbe incluso lo inefable, y en su arranque, vigoriza tu cerebro como el doping vigoriza el rendimiento del atleta desde la línea de arranque. No estoy hablando de principios básicos de la Física: “la energía ni se crea ni se destruye..ni se ve”, ni de la Física de los fluidos, no increpo ni alabo procedimientos de tramposo, ni intento salvarme con un palíndromo de pionero porque Arreola ya camina por la eternidad, aunque a ruda metralla he de hallarte madura musa mía.
Escribir es un delirio conmovedor, tiránico, un constante desasosiego. Escribir es quizá el único placer sufrible, devastador, de agonía disfrutable; ejercicio en el que a veces logramos cincelar ese rasguño en la piedra que tanto procuró el Maestro Lezama: la eternidad desde la obra de arte. Escribir es desear que se prolonguen toda la vida - y toda la muerte-suspendidos, los proyectiles que Borges aletargó durante un año para que Jaromir Hladík terminara su encomienda en “El milagro secreto”. Pero tampoco estoy aquí filosofando sobre amores.
Entre los buenos y físicamente ausentes escritores de la América Hispana, siempre hubo algunos que dejaron entre risibles y solemnes “Decálogos del Escritor”. A manera de lección testimonial, argumentaron sobre como debe un escritor - sea cuentista, novelista, dramaturgo, poeta, ensayista o columnista, e incluso tercermundista - enfrentar el duro y muchas veces ingrato, pero siempre alucinante eirrenunciable oficio de someter la página en blanco (Baudelaire, Mallarme ¿?), ya sea de pulpa o Microsoft Word, que los tiempos cambian. Tan dados genéticamente a lapolémica underground o a viva voz, los decálogos, antidecálogos y hasta refutaciones de decálogos proliferaron en la jungla del gremio. Y que conste, sin ser los 10 mandamientos divinos, también lo han sido, y hasta en número mayor, solo que para un número más reducido de creyentes.
Entre mis preferidos está el “Antidecálogo del escritor” de J.L.Borges, en el que sarcásticamente el autor se coloca a si mismo como el peor ejemplo, al considerar que todo escritor debe evitar esos juegos exóticos con el tiempo y el espacio, elementos recurrentes en su propia obra. ¡ Ahh..ese Borges inefable, irreverente hasta para enfrentar su muerte !
Asomarme al “Decálogo del perfecto cuentista” de Horacio Quiroga, es presentir que una vez más comienzo a ser el personaje de aquel cuento en el que voy a la deriva , mordido letalmente por mis contradicciones.
“Refutación del Decálogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga” de Silvina Bullrich , pasa apenas como curiosidad histriónica, intento de pose con afectación, que solo pretende llamar la atención - con rima y todo - pues hay que estar medio loco o teatralizando, si cabe el término, para atreverse casi desde el anonimato, a tildar de ingenuo a Horacio Quiroga.
Pero mi favorito sin rival cercano en nuestra rivera es el “Decálogo del escritor” de Augusto Monterroso. Fiel y digno ejemplar de laconismo literario, su plato fuerte, Monterroso nos regala una joyita, una más, de su pensamiento. Se puede o no coincidir con los mandamientos de su decálogo – para mi, verdades como una casa – pero no puede el lector, ni el escritor, negarse una sonrisa al leerlos. Y ese detalle relajador, en mi criterio, lo deposita y sacraliza en el subconsciente como ningún otro decálogo por estos rumbos, pues digerimos el texto sin defensa previa. Cuando tengas algo que decir dilo, cuando no también. Escribe siempre , comienza Monterroso su epifanía, para casi al terminar la fiesta recomendarnos: no olvides los sentimientos de los lectores...es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio. Insuperable !
Si pudiera cambiar un verbo por otro, una simple palabra por otra, y puedo, terminaría este artículo como termino:
Tomando breves fragmentos del poema “Llorar a lágrima viva”, de Oliverio Girondo, desplazaré de húmedo y lacrimoso sitio, una acción por otra, una palabra por otra, para dejarle a los colegas de sindicato mi Versión – Decálogo de un solo mandamiento. Y este será el resultado final, y el necesario final :
1-Escribir ante las puertas y los puertos / escribirlo todo, pero escribirlo bien / escribir improvisando, de memoria / escribir todo el insomnio, y todo el día !!