domingo, 18 de marzo de 2012


                                        Londres dirá la última palabra.

       Nery Brenes es nombre de culto en la región. El hombre se vistió de largo en el último campeonato mundial de atletismo bajo techo: ganó la medalla de oro. Le dio más rápido a sus piernas que los rivales de turno, eso fue todo. Ya se habla de premio gordo local para el atleta del barrio; algo que no sucede, por ejemplo, con aquel que gana prestigioso concurso literario internacional. Ese que se conforme con la cuota que ofrece el concurso, y que ni piense en el cintillo gacetillero, que se olvide incluso del olvido. De todas formas los coqueteos intelectuales con la posteridad no son asuntos para la cárnica empella, es decir para  muchedumbres. El alboroto por la victoria del tico en la pista cubierta de Estambul ha sido acá de magnitudes ciclópeas, lo jorobado del caso es que el hombre no compitió contra los mejores del mundo en esa distancia (400 metros planos), y aun así, lo mismo él que la turba local sitúa slogan de nomber guan con dedo tieso en ristre y amnesia grupal. El mérito de la victoria del limonense ha cegado a todo el mundo en esta comarca. Si Nery Brenes araña una medalla de bronce en los próximos juegos olímpicos de Londres será una hazaña de epopeya homérica. Hace casi 40 años el cubano Alberto Juantorena ganó la medalla de oro en 400 metros planos en los Juegos Olímpicos de 1976, en Montreal, Canadá, con un tiempazo que para Nery Brenes es territorio prohibido. Y para estirar la magnitud de la proeza ganó también la final de 800 metros planos No fue hasta 1990 que otro atleta cubano, Roberto Hernández  pudo mejorar ese registro de Juantorena (44.26), aunque sí lo habían bajado varios norteamericanos. El 44.14 de Roberto Hernández es el decimoquinto mejor tiempo de todas las épocas para esa distancia. El atleta costarricense no se acerca ni de lejos a esas marcas, y es mentira que su registro de Estambul clasifica como el noveno mejor de todos los tiempos, apunte que los periódicos locales se han encargado de divulgar falazmente.  Un campeonato mundial, bajo techo y sin las estrellas del momento sobre la pista, es como asistir a un baile donde los bailadores son los miembros de la orquesta. Londres dirá la última palabra.

sábado, 17 de marzo de 2012


                                      Rebumbio de Meque Trefes.     

         El dúo boricua Calle 13 abrió el Festival Internacional de las artes de Costa Rica. Suceso – el festival  – que cada dos años concentra notable cantidad de artistas de los cinco continentes. Para esta edición se espera la presencia de un millón doscientas mil personas a repartirse vaya usted a saber cómo entre 320 actividades que tendrán lugar entre  15 y 25 de marzo. Los tipos de Calle 13 se presentaron acá por tercera vez, segunda en lapso de dos años. Cualquiera diría que les gusta la comarca. Uno de ellos dice ser Residente ¿en Costa Rica?; el otro es apenas un Visitante suertudo, diremos que por la venia de la visa. El discurso de la dupla migratoria es el mismo desde que el mundo es mundo: abajo el imperialismo yanqui. Y hay que ver como salta y se revuelve la plebe con el sonoro mensaje onanista de los dos implicados en dilema migratorio. Los bríos que ya echa de menos la antaño paradigmática izquierda cubana les sobran a los siniestros ocupantes de la tarima y nativos seguidores. Y mira tú que aquella izquierda isleña si ha sido radical y fundamentalista: de paredón inmisericorde, mitin de repudio prefabricado como plancha de cemento y tiro al blanco con huevo concedido mediante libreta de abastecimiento o por la libre, tomate verde o maduro – según etapa de cosecha –  y piedra de canto oblongo o de cantera obrera – cualquiera sirve para partir un cráneo – sobre dúctil anatomía del pobre diablo que huela a opositor ideológico. De todas formas no es poca cosa meterle oreja y cabeza a la verborrea de los tipos que circulan por la arteria – esclerótica – número 13. Dilapida soberanamente su voz uno de los migrantes portorriqueños diciendo en el antitema Latinoamérica, algo así como esto: soy todas las obras de los que se robaron ¿?...soy una fábrica de humo ¿?... el desarrollo en carne viva  ¿?... tú no puedes comprar la lluvia, tú no puedes comprar el calor, tú no puedes comprar las nubes, tú no puedes comprar los colores,  tú no puedes comprar mi alegría, tú no puedes comprar mis dolores ¿? ¿? ¿?. Ante notoria carencia de receptor más preciso que yo para el vago rumor, pregunto: ¿acaso quiero yo comprar todo eso? Pero no todo son disparos al aire, sin pólvora; siempre queda alguna expresión traducible: ... tú no puedes comprar al viento, tú no puedes comprar al sol. Al menos esta es rescatable. Literalmente significa algo así: cuando vayas de compras no te expongas a los elementos, usa lentes oscuros, camisa de mangas largas, sombrero y protector solar. Si alguien deduce otra cosa debe saber que lo hace partiendo de una interpretación errónea. En el libro Putas asesinas del escritor chileno Roberto Bolaño, hay un cuento que para mí se lleva los vítores por su originalidad: Prefiguración de Lalo Cura. Por suerte no existe relación alguna entre el cuento de Bolaño y el tema que aquí me convoca, pero se me ocurre que al tema Latinoamérica de Calle 13, y al propio tándem podríamos subtitularlos – imitando burdamente el palabreo entrecortado del título del cuento de Roberto Bolaño – de la siguiente forma: Rebumbio de Meque Trefes.

miércoles, 14 de marzo de 2012



Affrettando.
                                                                      Para Yeinsy.

      Cada vez necesito menos de las palabras que articula el aparato fonador, aquellas que se lleva el viento.  Me alcanza con las estrictas y las escritas para seguir en la ruta que me invento. ¿Recuerdas cómo fue nuestro comienzo? Apenas una pregunta nos alcanzó, acaso una pregunta con intenciones de sugerencia: ¿tú no crees que hay cosas que pueden ser trascendentales, aunque sean efímeras? ¿Un beso, por ejemplo? Y fue tu pelo una bandera a desplegar entre mis dedos. Y fue ajenjo la tarde en su marítimo aspaviento mortuorio. Las dimensiones de la noche me remiten a ti, a esa vida en abandono que ha de llevarnos a lugar alguno más que a nosotros mismos.

http://www.youtube.com/watch?v=WQvM4EM0lO8&feature=related